Si bien hay una corte de aduladoras que mueren por formar parte de la barra de las populares, y otras sumisas seguidoras que aceptan un rol despreciable de segundas maltratadas, con tal de tener algún tipo de trato con ellas,
Hay quienes piensan que son chicas huecas, pendientes del que dirán y que viven en una torre de cristal, en una posición nada envidiable.
“No hay nada más patético que esas chicas que están todo el día producidas, en pose, y que viven pensando que son el ombligo del mundo. Si las apurás, ves que son pura cáscara. Y los chicos, que ellas creen tener a sus pies, las pretenden como un trofeo. Una vez que la tienen, las engañan. Nadie debe soportar estar con una hueca todo el tiempo. Terminan enamorándose de alguien que tiene algo más que cosméticos en la cabeza. Al menos, los tipos inteligentes”,
relata Paola, de 17 años, estudiante del nivel medio.
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